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Buenos días.
Esta «carolina» la tenían un bar que frecuentaba, al final de la jornada laboral, para ultimar el papeleo y citar a los cliente del día siguiente. Me hizo gracia verla con la puerta abierta y como si estuviera dubitativa con el dilema de pirarse o no pirarse.
Olympus OM-D E-M5 MARK II, Zuiko 14-42mm, prioridad al diafragma (f/3.5 1/50s ISO-200).
No se piró. Pero, poco después moría por una malformación de crecimiento, muy habitual en estos bichos. Parece ser que, en la parte externa de la garganta, les empieza a crecer una pluma hacia adentro, como a nosotros los famosos pelos enquistados, que si no se le extrae acaba por matarlos. La operación es sumamente sencilla. Se le practica un corte en el bulto exterior y con algún útil, como unas pinzas o similar, se coge el cáñamo de la pluma y se saca hacia afuera arrancándolo. En ese caso no funcionó y murió en el proceso. Un saludo.
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