Nikon D40: La ninguneada y humillada

Alguno habrá que me llame exagerado pero, leyendo algunos foros de la época, a esta pobre maquinita la ponían a caer de un burro. Esgrimían dos poderosas razones, los nikonistas. Tres, si añadimos a los indignados que se rasgaron las vestiduras a los pocos meses de comprarla y vieron, atónitos, como Nikon sacaba al mercado la Nikon D40x con un nuevo sensor que prometía 10 megachuflos, cuando ellos, pocas semanas atrás habían comprado la mierda de Nikon D40, con solo 6 megañordos. Dura fue la guerra de los megamandangas en aquella época, ¡vive Dios!

Bueno pues, además de la diferencia en el tamaño de las fotos, los nikonistas estuvieron al borde del suicidio porque, ¡oh, sacrilegio superlativo!, no podían usar sus objetivos, heredados de la época química, con esta cámara porque no disponía de motor de enfoque. Claro que esto, visto desde la perspectiva del tiempo, ahora nos partimos la caja cuando leemos, en esos añejos foros, como vaticinaban que el nuevo sistema de nikon de dotar del motor de enfoque a los objetivos, no iba a llegar a ver los turrones en 2006. ¡Cómo para dejar en sus manos nuestras inversiones!

Y, por último, la mejora final y definitiva que iba a marcar un antes y un después. Aumentaba la posibilidad de ráfaga. De 3 tomas por segundo de la mierdecilla D40 a las vertiginosas 3,5 tomas por segundo de la super D40x.

Lo que nunca dijeron es que la D40x daba más ruido que mi Harley Sporster «Hugger» 883 de 1996. Miento. Alguno lo mencionaba como algo muy anecdótico.

Yo, particularmente, prefiero una cámara de discreta resolución pero, que me permita jugar un poco cuando la luz se niega a compincharse con uno. De hecho, cualquier cámara en condiciones óptimas de luz no da nunca ningún problema, es cuando esta falta cuando sale a relucir la calidad de la máquina.

Como reza en el título, nunca se la tomó en serio y despertaba risillas por lo bajini en los que esperaron un poco y se hicieron con la «megaquetecagas», cuando te veían con ella por la calle. Que, por cierto, entonces ya no les importaba que no tuviera motor de enfoque. La «megaquetecagas», digo.

Bueno. Al turrón.

Es verdad que Nikon dio un patinazo graaaaaaaande. Yo venía de la Nikon Coolpix P-8800 de 8Mpx. Una cámara que, como ya he comentado en la otra entrada, puso la fotografía a mis pies. Pasar a 6Mpx me pareció dar un paso atrás, sacrificable a cambio del sistema réflex. Y no me equivoqué. Así que aquí empieza mi historia con la Nikon D40.

Corría el año 2011 cuando decidí dar el salto de la Nikon Coolpix P-8800 a la Nikon D40. Todo ello propiciado porque mi hermano se había comprado la Nikon D90 y tuve la ocasión de comprarle la D40 (por 300 euros). Con la cámara venía el objetivo que se integraba en el kit de fotografía.

El primer día ya amorticé sobradamente la cámara. ¡No tenía que esperar a que se tuviera que guardar la fotografía en la tarjeta! Mi importaban un mierdo los Mpx. ¡Qué gozada! Para mi, el punto de inflexión fue el buffer. El segundo el sonido del obturador.

Cierto es que echaba de menos ese maravilloso zoom y esa óptica soberbia que tenía la bridge pero, todo sacrificable en el nombre del buffer. Sin la menor duda. Y así me tiré entre dos y tres años, más feliz que una perdiz, con mi modesta D40 y su objetivo «de juguete».

Pero, que no se engañe nadie. 6 Mpx dan para mucho, si te molestas un poco en aprender a usar la cámara y para ilustrarlo voy a ir dejando por aquí algunas fotografías de entonces y algunas de ahora. No. No es que aún la conserve. Es que cuando me planteé hacer esta entrada, y provechando que ahora están de saldo en las plataformas de compra-venta, he comprado una exactamente igual a la que tenía, con la salvedad que esta solo tiene 3340 obturaciones y la de mi hermano estaba más quemada que una Derbi FDS trucada a 74cc (eso los menores de 40 años no creo que sepan a lo que me refiero). Si. ¡Ya me vale! Pero, nunca cambiaré. Lo estoy pasando bien usándola. Y ya veréis que no es una cámara para tomar a broma.

Todas las fotos que presentaré, si no digo lo contrario, están tomadas con el objetivo Nikon DX AF-S 18-55mm 1:3.5-5.6 GII ED, como el de aquí arriba. No tenía otro ni dinero para comprar más ópticas.

Aunque intenté hacer algo de fotografía creativa, me seguían atrayendo mucho los bichos pero, el problema era yo, no la máquina. La falta de enfoque fue culpa mía. De todos modos, tenía claro que este tipo de fotografía ni me gustaba ni se me daba bien.

La cámara era, y sigue siendo, de dimensiones muy contenidas. Eso la hace extremadamente manejable y rápida de encarar con una sola mano. Esa ventaja, que ahora he vuelto a descubrir, ayuda mucho a la hora de fotografiar aves aterrizando o lanzándose al vuelo. Esta misma mañana he podido hacer un par de esta fotos pero, me las guardo para cuando muestre las actuales.

Esta fue la única vez que una libélula me ha dejado acercarme tanto. Si no recuerdo mal, tenía el objetivo en la distancia focal de 18mm. Véase la suciedad del sensor. La parte exterior de la parcela estaba plagada de hinojo y parece que a estas bichas les gusta ese plantujo.

Como se puede apreciar, el hinojo es una mina, en verano, para los amantes de la fotografía de bichos.

Recuerdo especialmente ese año porque tuve muchas ocasiones de fotografiar a esta bonita mariposa. Se trata de una Papilio Machaon, en peligro de extinción, y desde entonces he visto muy pocas. Pero, ese año…ya verán.

A todo eso, ya ven lo que se puede hacer con 6Mpx. Y ahora una cosa curiosa. Mi hija ha querido ser bióloga desde los 6 años para preservar la vida animal, a todos los niveles. Aunque su debilidad son los felinos, desde pequeña ha tenido un don para con toda clase de bichos. Esta Papilio Machaon que le ven en la mano la crió ella. Encontró un capullo detrás del cabezal de su cama y lo guardó en una caja de cartón (se ve en la parte inferior). Durante un año iba mirando a ver si el capullo se abría. Después de tanto tiempo, no albergaba grandes esperanzas pero, seguía mirando cada día hasta que, de un día para otro, el capullo fue abierto y salió un bicho que, plegado como estaba, lo que menos parecía era una mariposa.

Sacó la caja al exterior para que se secaran los fluidos sobrantes y se airearan las alas de la mariposa y con sumo cuidado buscó una planta donde dejar que la naturaleza terminara su trabajo. El animal estaba tranquilo y no se asustaba ante nuestra presencia. Sara le dijo unas palabras que no oímos, la posó en una rama de hinojo y se quedó hasta que la mariposa empezó a mover la alas y emprendió el vuelo…hacia la mano de Sara. Se quedó unos segundos y se marchó ante la atónita mirada de su madre y mía. pero, es que para Sara, lo que acabábamos de ver, no le pareció inusual ni raro.

En otra ocasión, con otra Papilio Machaon, la mariposa estaba sobrevolando nuestro jardín, Sara levantó la mano, extendió su dedo índice y la mariposa fue directamente a posarse en él. A los pocos segundo emprendió el vuelo y Sara volvió a repetir la operación y la mariposa volvió a posarse. Se quedó otros pocos segundos, la niña le dijo «nosequé» y se marchó. No creo en las casualidades.

Pero, sigamos con esta cámara. Creo que, a día de hoy, Nikon no ha fabricado ninguna réflex tan compacta como esta. Esto, que en un principio veía como un gran inconveniente hace 12 años, se ha convertido en una ventaja. Ya he comentado antes la idoneidad de su tamaño y peso para fotografiar aves pero, después de esa experiencia de anteayer, veremos como se porta en el monte este fin de semana. Las que sean un mínimo decentes las iré subiendo.

Digo con esta lo mismo que dije de la Nikon Coolpix P-8800, de ningún modo puede sustituir a las que habían de venir pero, en el año 2022 aún sigue siendo un cámara a tener en cuenta, si la tenemos en el más recóndito armario.

Bien pues, ya tenía una cámara réflex que me permitía disparar en RAW sin tener que esperar varios segundo para guardar la fotografía en la tarjeta. Pero, habían más cosas que descubrir. Los botones de acceso a algunas funciones (pocos, es verdad) y el menú rápido en pantalla para acceder al resto de parámetros fotográficos. Cambiar el modo de enfoque, de medición o el ISO se hacía de forma muy dinámica (no tanto como hoy, claro) con lo que no se perdía tanto tiempo en estos menesteres.

Y como tercera grata sorpresa, tengo que mencionar su facilidad de uso. Una máquina encarada descaradamente al estudiante o al aficionado que quería algo más que una compacta. Una, claramente, cámara de transición para aprender lo básico, y un poco más, para pasar a un modelo superior. Parece mentira que una cámara tan simple haya dado los resultados tan gratificantes que muestro en estas fotografías. Si. Algo más de resolución hubiera sido ideal. Al menos, esos 8Mpx de la P-8800 pero, es lo que hay y con ello nos conformamos y trabajamos.

Hasta aquí he puesto una selección de fotografías que abarcan del 2011 a principios de 2013. Hay muchas más. Mis hijos hacían patinaje artístico y me la llevaba a las competiciones pero, ahí se quedaba tan corta, tanto por el objetivo como por la iluminación de los pabellones. La piruetas de los críos no había manera de fotografiarlas pues, el zoom era muy corto y la mala iluminación no permitía disparar a una velocidad en la que se pudiera captar el ejercicio. En 2013 solucioné este problema pero, eso ya es otra historia y, supongo, será otra entrada con la cámara con la que aprendí casi todo lo que se. Una cámara que, aun ahora, pienso que ha sido la mejor, con diferencia, que he tenido. Pero, no hubiera llegado a ella sin pasar por la Nikon D40.

Estas fotos que verán a continuación, se han hecho el día 15 de noviembre de 2022, en Tarragona. La diferencia con las mostradas más arriba radica en los conocimientos adquiridos entre estas dos etapas, separadas por 10 años de fotografía. No. No hay bichos. No encontré ninguno.

En las fotos donde he podido captar el vuelo de las palomas, encontramos la ilustración de lo que comentaba de lo ágil que resulta esta cámara para llevarla colgada del cuello y hacer un «aquí te pillo, aquí te mato» con un mínimo de garantías. las hice mientras paseaba por ese parque en busca de bichos, todo sea dicho de paso. Ni uno terrestre. 6Mpx pueden no ser muchos pero, son los suficientes. Un saludo y muchas gracias.

Sergi
Author: Sergi

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