Hay quien dice que esta cámara es un fraude porque, Fujifilm, la ha bautazado como híbrida, mezclando la digitalidad de una cámara digital (evidentemente) con el revelado químico de los cartuchos Fujifilm Instax y, por lo tanto, mantienen que no deja de ser una cámara digital. Otros dicen que con ella se pierde la espontaneidad y el misterio de no saber como hemos hecho la foto hasta que no sale revelada.
Pues, yo digo que si. Que es una cámara híbrida por definición, porque una parte del proceso es digital y la otra es química. Coño. ¿No es eso ser híbrido? A ver, si soy yo el que no lo entiende y se me escapa alguna cosa que no he tenido en cuenta. ¿Acaso hay algún otro modo que desconozca de revelar digitalmente un cartucho de revelado químico? Si alguien puede aportarme algo de luz, por favor.
Vamos ahora con la espontaneidad. A ver como puedo explicarlo para que se entienda bien.
-Precio de un cartucho Polaroid 600 con 8 películas: 19,99 euros (en Amazon sin ofertas, en las tiendas 25 pavos). Sale cada foto por 2,49 euros (en las tiendas a 3,12 euros, más de 500 pelas).
-Precio de un cartucho Fujifilm Square con 10 películas: 9,99 euros (los venden en pack de dos a 19,99 euros en Amazon sin ofertas). Sale cada foto por 1,24 euros.
Pueden gastarse, según la cámara que tengan, 1,24 euros o 2,49 euros en espontaneidad y misterio cada vez que aprietan el botón.
Yo también pensaba en qué bonita era la espontaneidad y el misterio de lo antiguo. Disparaba a diestro y siniestro, haciendo pruebas, con mis 10 Polaroids y mis dos Fujifilm Instax, la Wide (de esa no he puesto números) y la Square SQ6. Luego, comparaba los resultados con las fotografías que había hecho con la Nikon D800 o la D7500 y, metiendo una patata en un calcetín largo me iba dando en las gónadas por mameluco y gaznápiro. Luego, bañado en lágrimas (y no de emoción, salvo cuando fallaba uno de los golpes) me consolaba a base de ungüentos y cataplasmas de espontaneidad, alternados con supositorios de misterio y sorpresa.
Hasta que encontré esta infame cámara híbrida. Sin espontaneidad ni misterio. Fraudulenta por su hibridez onírica. Causante de la pandemia, de la guerra de Ukrania, del calentamiento global, de la muerte de Kenedy, de la peste negra y del meteorito que acabó con esos simpáticos lagartos que se comen a los informáticos malos y gordos, que siempre quieren más dinero, entre el follaje.
Vaya por delante que, al igual que la Fujifilm Instax Square SQ6, se trata de una cámara descatalogada desde hace tiempo. Claro, carece de espontaneidad. No me extraña.
Esta unidad la he comprado por Wallapop (¡Sorpresa!) a un italiano por 65 euros (puesta en casa por casi 75 euros). Al principio sospeché mucho de él pues, había vendido una exactamente igual unos días antes y no me respondía a la compra. Pero, no. Aquí está. Y en las condiciones descritas. Nuevecita.
La caja contiene su documentación con su manual de instrucciones, la correa de mano, las anillas con sus protecciones, el cable de carga y multimedia, su batería recargable, un cartucho y, por supuesto, la cámara.
La cámara es casi del mismo tamaño que la SQ6. Lo que le sobra de altura lo resta de anchura respecto a la mencionada. La cámara resulta prácticamente simétrica, hasta el punto que tiene dos disparadores programables. Pueden ser programados de forma independiente para que sirva a diestros y zurdos por igual. Como también tiene dos anillas para la correa de mano, según se quiera poner en un lado o en otro. Yo he optado por una correa de hombro desmontable.
Volviendo al tamaño, es muy cómoda de llevar. No pesa y todos sus mandos están siempre a mano. A mi me parece que es algo más plana que la SQ6 pero, será muy poca cosa.
El interruptor de encendido, como pueden ver esta en el propio aro del objetivo y, como indica la cámara, se acciona girandolo en sentido horario. Para apagarla, actuamos a la inversa. Fácil y cómodo.
En su lado izquierdo tenemos la tapa de la batería. Las tapas son grandes y cómodas de abrir, algo de lo que algunas cámaras de alta gama deberían tomar nota.
También encontramos en este lado el selector para que la cámara imprima directamente la fotografía cuando la tomamos (Automático) o que la guarde en la memoria y si queremos imprimirla ya lo haremos más adelante. ¡A la mierda la espontaneidad!
Pero, es en la parte trasera donde encontraremos el meollo. La parte digital. Lo que nos marca a los demás como unos paria fotográficos.
Tenemos la pantalla de 3 pulgadas que sustituye, claro, al visor. Esto ya nos quita de encima el puñetero paralaje de las demás cámaras instantaneas (salvo las que son SLR como la Polaroid SX-70, que no sea la «Model 3»). Con esto ya me llegó a la patata. Yo no soy de tomar fotos tirando de pantalla, siempre uso el ocular pero, en estos casos es fundamental evitar el paralaje.
Encima de la pantalla está la palanca de apertura del compartimento del cartucho. Su inserción y su extracción es como en todas las cámaras del sistema Instax. Tiene una bisagra abajo con lo cual se abate toda la parte trasera y se abre la cámara.
Y debajo de la pantalla tenemos varios botones de funciones, una rueda selectora que, además de girar para movernos por las opciones, tiene pulsadores en los puntos cardinales para seleccionar opciones secundarias de los menús.
¿Y esto, «paqué paqué»? Bueno pues, esto nos permite actuar sobre los parámetros de revelado de la fotografía, tanto antes de tomarla como una vez tomada. Contraste, exposición, viñeteado…Todo esto podemos ajustarlo antes y después de disparar.
La foto, cuando lo tenemos en manual, se almacena en la memoria de la cámara, donde caben 50 fotografías o podemos insertar una micro SD donde caben miles de ellas ya que el sensor es de 3,6 Mpx, más que suficientes para el formato Square y bastante más. Esto nos permite decidir a posteriori si la fotografía está bien hecha, si la revelamos tal cual o si modificamos los parámetros de luz que nos permite ajustar. Precio de cada cagada……….ni un puñetero céntimo. ¿Cuántas espontaneidades puedes comprar con esto, listo?
En su lado derecho encontramos la tapa que oculta el conector micro USB para cargarla y conectarla al ordenador y la ranura para insertar una tarjeta micro SD.
Y poco más que comentar. Por arriba sale la foto y en 90 segundo la tenemos revelada tal como la hayamos dejado configurada. Por cierto que también nos permite revelar una parte de la fotografía haciendo zoom sobre él, con lo que podemos corregir algunas composiciones que no nos acaben de gustar cuando se muestran completas.
Y, por supuesto, la rosca estándar para la fijación de la cámara a un trípode o accesorio.
También tiene cosas que no me gustan. Por ejemplo la pantalla no es plana, tiene cierta curvatura y no me deja ponerle un cristal templado. En caso de querer protegerla hay que tirar de plástico, y no me hace gracia. Tendré que pasar por el aro y comprar un protector específico para ella.
Como accesorios, he comprado en Amazon un pack de cargador con dos baterías clónicas. Me gusta salir con mis cámaras con baterías de repuesto y otra tarjeta de memoria, por si acaso. Le he puesto una correa de hombro para poder llevarla con las manos libres, en lugar de la correa de mano que trae de serie.
Mis conclusiones respecto a la cámara son claras. Es un claro paso adelante para los que nos gustan las fotos instantaneas. Es el mejor modo de tener una de estas cámaras sin tener que dejar un pastón en cartuchos. Si la foto mola, la revelas. Si no, la guardas o la borras. Ya solo por eso, su estética, me la trae al pairo.
Este modelo fue sustituido por la SQ20, la cual era exactamente igual pero, también grababa vídeo, cosa que no me interesa para nada. Además, su precio era bastante menor que la del artículo. No he profundizado mucho en la nueva, así que tampoco dispongo de más detalles. Lo que se es que esta SQ10 va muy buscada y salvo que se encuentre un chollo como este, suele estar en Wallapop por un mínimo de 140 euros sin su dotación original.
Desconozco si actualmente hay algo parecido en el mercado pues, la lógica me dice que ninguna marca querría lanzar una cámara que no necesitara sus consumibles, como sería este caso. O al menos, no los necesita en la cantidad de una cámara instantanea «tradicional».
Total. Esta es la cámara perfecta para mi. Puedo experimentar tanto como quiera sin que me cueste un céntimo. Y revelar solo las fotos que lo merezcan. Además de que la calidad de las fotos es francamente buena. Ya sería el despiporre si sacaran algo parecido en el formato Wide y por encima de los 5Mpx pero, no creo que interese a ninguna marca invertir en algo parecido. Una pena.
Otra cosa que he probado a última hora y habiendo publicado ya este artículo, es la posibilidad de revelar fotografías que hayamos guardado en la tarjeta de memoria desde nuestro ordenador. La prueba la he hecho con una fotografía tomada con una Nikon D800 combinada con el objetivo 24-70 2.8.
Esta es la foto que tengo en mi archivo fotográfico:
Y esta es la revelada desde la cámara, con un cartucho caducado en 2020:
Tengan en cuenta que la foto está muy ampliada cuando la sube el servidor pues, su tamaño real es mucho menor. Además, como ya he dicho muchas veces, el escaneado de la foto desde el escáner de mi impresora tampoco ayuda mucho, mermando considerablemente la calidad fotográfica que puedo mostrar en la web.
En el proceso, apreciamos que la cámara ha eliminado parte de ambos lados de la foto. Tendría que haber probado si con el mando direccional podía corregir el encuadre. No se me ha ocurrido hasta ahora. Ya lo probaré.
Este es, más o menos, el tamaño real de la foto. Vean que la calidad es buena. Me parece una muy buena opción para revelar algunas fotos que tengamos en el ordenador exiliadas y que pueden ser expuestas por la casa. Las de los niños de pequeños, fiestas familiares, mascotas…
¿Pues, que más se puede pedir a esta cámara? Me parece una opción cojonuda. Cada vez estoy más contento de haberla comprado.
Por cierto. ¿Se acuerdan que les dije que no iba a profundizar en el tema de la Fujifilm Instax Square SQ20? Les mentí. Estoy esperando una. Un saludo y muchas gracias.
Hola:
Sin duda, por las prestaciones que describes y la posibilidad de imprimir en papel fotográfico fotos de archivo, es una muy buena opción, la mejor de todas las mostradas en esta serie dedicada a la fotografía instantánea.
La única pega, es, evidentemente, el formato disponible, tan diferente al habitual en fotografía.
Por último, una pregunta. ¿A qué se deben esas esquinas triangulares sin imagen en la parte superior de la foto impresa?
Gracias por la revisión.
Buenos días, Salvador.
Esas esquinas se deben al deterioro de las películas por la caducidad. Normalmente no debería pasar pues, aguantan mucho más que las Polaroid pero, hay que tener en cuenta la posibilidad. He disparado con cartuchos Wide caducados en 2016 que no me han dado ningún problema. Tampoco el anterior cartucho Square que he usado en esta cámara o en la SQ6, que era de la misma fecha, dio problema. Son los cartuchos que venían con las cámaras. Ya me he provisto de unos cuantos nuevos para cuando termine las pruebas. Un saludo y muchas gracias.