A mi también se me ha torcido la salida fotográfica por culpa del tío de mi mujer, que ha querido llevarnos a ver cosas, que bien podría haber sido interesantes fotográficamente, pero no hemos podido acceder a «La laguna» y desde fuera no podían hacerse fotos sin que saliera la verja que la rodea.
Después de comer yo quería ir a descansar un poco al hotel pero, se ha vuelto a empeñar a llevarnos a ver cosas de Hospital de Órbigo, pueblo donde hemos comido. Un restaurante precioso pero, la comida no estaba a la altura, aunque el servicio ha sido impecable. Mientras él y Conchi han ido a ver un museo de la peseta, Marc y yo nos hemos ido al coche a buscar la cámara para hacerles fotos a las cigüeñas y a comprar un puto gorro, por la solana de las 16h, y un pack de agua. Una vez nos hemos encontrado de nuevo, nos ha llevado a ver el taller de carpintería, donde he coincidido con un reportero gráfico del Diario de León, que llevaba un equipo Canon. Entre sus objetivos había uno de serie blanca, aunque se le adivinaban los años y su parasol no era el del modelo. En ese taller he hecho alguna foto, de las cuales te muestro aquí las dos finalistas superadas por las cigüeñas, como habrás comprobado en la elegida para hoy. Aún así me parecen dignas de mención. Ya me dirás.
La primera el desenfoque da la sensación de giro del torno, pero la segunda se ve mucho más nítida e integra al artesano que hace el trabajo. Pero me ha gustado más la de las cigüeñas. Un saludo.
No. No me gustó entonces y sigue sin gustarme. Ya sabes que esto de las texturas no es santo de mi devoción. La encuentro insulsa y no me provoca nada. Indiferente. Y eso que estoy en el mundillo de las estilográficas y enseguida sabemos lo que son. No me quiero imaginar la reacción de un profano frente a la fotografía. Quizás lo que más la defina fue lo que dijo mi hijo cuando la vio, alzando su ceja izquierda: «¿Hein?» Un saludo.
Sin duda, la reacción de Marc es la mejor crítica a la foto. A mi tampoco me gusta. Era una idea que tampoco llegó a quedar como tenía en mente. Una de las cosas que he confirmado es lo muy diferentes que son las fotos imaginadas y la obtenidas en la realidad.
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