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Buenos días.
Los bichos no fallan nunca. ¿Lo has oído alguna vez? Pues, fue con esta foto donde se me quedó grabado a fuego. Esta fue la primera foto que tomé con mi flamante y nuevo equipo Olympus. Con la venta del equipo Nikon sufragué la compra de este equipo. Prometía mucho. Era un 60% más ligero y varios años más moderno pero, siempre eché de menos mi equipo anterior. No es que este fuera peor pero, estaba acostumbrado a Nikon y el RAW de Olympus nunca me gustó. Debería haber invertido el dinero en modernizar el equipo Nikon en lugar de cambiar de marca. Pero, por entonces cada fin de semana tenía que ir a las competiciones de los críos y se notaba mucho esa ligereza en el peso de la mochila. También te digo que nunca me salió una foto con Olympus comparable con las que hacía con la Nikon D300 y el objetivo de 85mm.
Pero ese día, y con esta foto, la cosa prometía mucho más de lo que acabó dándome Olympus.
Olympus OM-D E-M5 MARK II, Zuiko 12-50 macro, prioridad al diafragma con flash (f/22 1/160 ISO-200).
Un saludo.
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