Usar un mismo cartucho para 2 o más cámaras Polaroid

Como ya se habrán dado cuenta tengo más de una cámara Polaroid de las de verdad, de las antiguas. En este momento es un problema como llamarlas porque si las llamo Polaroid pueden ser de la marca Polaroid actual, que no es la misma. Si las llamo Polaroid Originales, cagada, porque así se llamaba la «Nueva Polaroid» hace unos años y si las llamo Polaroid Clásicas pues, también es un concepto demasiado amplio y ambiguo teniendo, de nuevo, de por medio la «Nueva Polaroid». Así que las llamaré «auténticas». ¿Qué les parece? Bueno, vamos al lío.

Teniendo varias Polaroid, a veces, me apetece tomar fotografías con una o con otra y ya saben ustedes lo que cuesta cada cartuchito del demonio. Como para tener uno puesto en cada Polaroid. El caso es que, desde hace algún tiempo, yo voy cambiando el cartucho de una cámara a otra y me ha parecido que lo correcto es compartirlo. Ya se que habrá 1000 canales de YouTube con esta misma información pero, es que yo me aclaro más con literatura y fotos que leyendo los subtitulos, porque no he econtrado ningún «yutuber» que trate estos temas en castellano.

En mi caso, hablo desde la experiencia personal. Un día se me ocurrió, me senté a pensar como hacerlo, la cagué y finalmente he dado con la manera de hacerlo. Pues, al turrón.

Toda la operativa que voy a describir a partir de aquí hay que hacerla en una sala completamente a oscuras. Y cuando me refiero a «completamente a oscuras» me refiero de forma literal. Ni un resquicio de luz, ni un led rojo de una aparato conectado a la corriente, ni un reloj digital con los números iluminados…nada de nada. Me dirán: Coño, Sergi, eres un poco exagerado. No. soy meticuloso. Lo que nos puede fastidiar el asunto es la luz pues, coño estemos por ello.

He intentado editar las fotografías con casi el mismo texto que podrán leer en el artículo para que no tengan que ir de la foto al texto y viceversa cuando se entén entrenando para hacero con luz. Porque esto es muy importante. Primero hay que hacerlo varias veces con luz para que cuando lo hagamos en la oscuridad el tacto haga el trabajo de la vista. Lo que viene siendo coger memoria muscular. Además, sin luz ¿cómo hubiera hecho las fotos explicativas? Es que…

Todo esto puede parecer, al principio, de una complejidad aeronáutica pero, ya les digo yo, que cuando lo hayan hecho un par de veces con luz, verán que tiene mucha menos dificultad de la que parece.

Vamos al lío.

Empecemos con lo que vamos a necesitar tener a mano pues, trabajaremos completamente a oscuras.

Con lo primero que hay que hacerse es con esa cartulina negra que nos escupe la cámara cuando le insertamos un cartucho nuevo. Guarden de esas cartulinas el mayor número posible y consérvenlas en buen estado, porque son el «kiki» de la cuestión (ya se que es el kit pero, en casa siempre lo hemos llamado el «kiki», por hacer la coña).

Esto les va a encantar. Necesitarán, a ver como se lo digo, algo con lo que poder tocar la superficie fotosensible de las películas que quedan en el cartucho sin estropearlas o ensuciarlas. Bueno, realmente solo una, la primera, la que está más arriba. Da igual con lo que quieran trabajar para esto. Una gamuza de limpiar gafas, una gamuza de algodón o, como yo, con guantes de algodón. Realmente no tengo ni idea de si que la tela sea de algodón o de esparto es importante pero, se me antoja que el algodón puede ser más delicado.

Ahora sí. Vamos al tajo del carajo.

Evidentemente, el primer paso es extraer el cartucho de la cámara que lo tiene puesto. Esto, a oscuras, no entraña ninguna dificultad.

Y aunque no podamos verlo, porque estamos en la más profunda oscuridad, nos encontramos con el cartucho, con el resto de películas para hacer fotografías, en la mano.

Para esta recreación he llenado un cartucho vacío con algunas fotografías ya tomadas y que, como no me salieron como yo quería, fueron descartadas y guardadas para hacerles esta clase de perrerías.

Bien pues, ahora se trata de poder poner la tarjeta negra opaca justo encima de esta película sin velar para que proteja de la luz todas las películas del cartucho. Esto es lo que más dificultad nos dará y es donde tenemos que tener en cuenta como es y como funciona mecánicamente un cartucho Polaroid. Entendiendo esto, lo demás es coser y cantar. Os lo dije alguien que ni sabe coser y ni sabe cantar, así que es la hora de hacer el primer «face palm» del artículo.

Insertaremos, o miraremos de insertar, la tarjeta tal y como viene puesta de serie porque es la única manera de que cubra por completo las películas que tiene debajo. foto modificada.

En un principio las estuve montando al revés porque me parecía más fácil hacerlo en la oscuridad pero, como ya comentaré más adelante, conviene que lo hagamos así, tal como vienen puestas en los cartuchos nuevos.

Antes de intentar insertar la dichosa tarjeta negra en el cartucho vamos a estudiar el cartucho y a entender la razón de porque vamos hacerlo tal como les voy a explicar.

Esto es un cartucho agotado. Este armazón metálico de su interior tiene la función de empujar las películas hacia arriba, para alinear la película superior con la ranura por donde saldrá cuando disparemos la fotografía y la guiará hacia los rodillos de revelado (si, aquellos que tenemos que tener siempre como una patena).

Como decía, estes armazón metálico está formado por una serie de flejes. Actuando sobre el fleje central actuamos sobre todo el sistema de flejes. Pero, los flejes que nos interesan son los que yo he llamado «flejes laterales exteriores». El nombre es así porque los forman dos flejes independientes (no tienen unión entre ellos salvo por el fleje central) y están situados en la parte del cartucho por donde salen las películas por la ranura.

Como ya comenté anteriormente, la función de estos flejes es la de ir empujando las películas y alinearlas con la ranura, por donde saldrán. Este podría ser un esquema aceptable sobre el tema de los flejes. Fíjense como los flejes laterales interiores si que están unidos entre ellos y cuando actuamos sobre el fleje central apenas se mueven. Los flejes laterales pues, hacen una especie de «U» ofreciendo mucha mayor resistencia en los interiores que en los exteriores.

Veamos como actúan los flejes laterales exteriores cuando presionamos el fleje central.

Como verán en la fotografía, cuando presionamos el fleje central, los flejes laterales exteriores bajan. Pues es cuando están bajados cuando podemos insertar la cartulina negra o cualquier cosa que queramos meter en la parte superior del cartucho. Así es como he rellenado este cartucho con fotografías ya hechas para este artículo.

Una vez que tenemos los flejes laterales exteriores bajados y queremos insertar la cartulina negra, aun tenemos que tener en cuenta una parte del caratucho. La ranura por donde salen las foto está protegida por una lamina de plástico negro cuya función (supongo) es la de que cuando va saliendo la fotografía no se filtre luz exterior hacia el cartucho, por lo que la fotografía es acariciada por esa lamina por la parte fotosensible conforme va saliendo.

Cuando queramos insertar la cartulina negra en el cartucho tenemos que tener en cuenta esta lámina y hacer pasar la tarjeta separando esa lamina de la ranura con la propia tarjeta. Es tan simple como meter una de las esquinas de la tarjeta por la parte superior del cartucho, en dirección hacia por donde sale la foto, separando así esa lamina del cartucho y luego llevar la esquina de la tarjeta hacia el lado por donde queramos alinearla con la ranura hasta notar que se ha introducido de forma recta un para de milímetros.

Entiendo que explicarlo con literatura es muy difícil pues, es de esas cosas que hay que probarlas para ver que es mucho más fácil de lo que les pudiera parecer. Insisto en que todo esto lo vamos a tener que hacer a oscuras.

Bien pues, ahora que ya conocen el cartucho, vamos a proceder con la inserción de la tarjeta negra de forma que tape completamente la película inmediatamente superior y, así todas las demás.

Ahora es cuando vamos a necesitar ese guante de algodón para la mano que tiene que sujetar el cartucho, mientras la otra trata de insertar la tarjeta.

Con la mano del guante presionamos las películas hacia abajo, tal como hicimos anteriormente con el fleje central. Estando las películas por encima de los flejes, disponemos de una mayor superficie para mover los dos flejes laterales exteriores a la vez para dejar espacio a la entrada de la tarjeta negra.

Pero, antes de seguir con el procedimiento, vamos a hablar un poco sobre las cartulinas negras y opacas que vamos a tener que insertar en el cartucho reciclado. Es importante conocerlas bien para tenerlo todo en cuenta, cuando estemos trabajando con ellas en plena oscuridad.

La parte superior de la cartulina no es recta. Tiene un pequeño saliente y pegado a él, por detrás, tiene una especie de lamina flexible. No conozco la función de esta lámina pero, para lo que tenemos que hacer no nos importa en absoluto.

Cuando le damos la vuelta a la cartulina, vemos la cinta pegada en la cartulina. Se asemeja a un trozo de cinta aislante muy fina pegada al saliente.

Como no he visto que nos vaya a servir para nada, yo la despego y dejo solo lo que es la cartulina.

De este modo, es más fácil meter esta esquina por entre la ranura del cartucho y la lámina que protege de la luz a las fotos cuando están saliendo hacia los rodillos de revelado.

Ni qué decir tiene que todo lo que se refiere a la preparación para el procemiento hay que tenerlo en cuenta antes de meternos en la habitación oscura, porque si nos acordamos de que nos hemos saltado un paso, cuando ya tenemos el cartucho fuera de la cámara de origen, cagada pastoret.

Bueno pues, llegados a este momento, ya tenemos la cartulina lista para su inserción en el cartucho reciclado activo (me encanta este concepto).

Y ahora les cuento la razón por la que no deberíamos insertar la cartulina por el lado contrario, por la parte completamente recta en el cartucho reciclado activo (otra vez, jijijijijiji)

Fijémonos que por la parte inferior, teniendo en cuenta que la parte superior es la que tiene la pestañita que sobresale de la cartulina, las esquinas no están cortadas a 90º.

Pues, si insertamos la cartulina de este modo, nos encontraremos con qué la esquina superior izquierda no está cubierta por ella. Quizás esto no afecte al velado de las películas pero, teniendo la opción de hacerlo bien y de que quede toda la superficie cubierta, me parece absurdo arriesgarse a perder 2,5 euros por cada foto que malogremos por no hacerlo adecuadamente.

Empecemos el procedimiento. Antes de apagar la luz de la sala hemos de tener en cuenta que tenemos todo lo necesario a mano y que sabemos donde está todo con la máxima precisión (el guante, ambas cámaras, la cartulina). Con un poquito de decisión y una pizca de valor, apagamos la luz y nos situamos en nuestro puesto de trabajo. No se preocupen. Nadie nace enseñado y para explicarles todo esto la he cagado unas cuantas veces con errores completamente evitables y tonterías. Lo peor que nos puede pasar es que perdamos las películas que tenemos en el cartucho reciclado activo (es que no puedo evitarlo) y esto no pasará.

Sin en medio del meollo se nos viene el canguele, o no nos vemos capaces aún, con volver a meter el cartucho en la cámara de origen tararí que te vi, y ya lo intentaremos en otro momento, o volvemos a entrenar un par de veces para estar seguros.

Vamos al lío del montepío. No quiero parecer pesado pero, a partir de aquí, todo lo explicado se hace en la más completa oscuridad. Revisen que no haya ningún resquicio de luz ni ninguna pantallita de reloj o similar que emita fototones. Vamos a ello.

Una vez conseguimos empezar a meter la tarjeta negra por encima de la primera película, Ya no necesitamos seguir presionando las películas hacia abajo, procuramos deslizarla lo suficiente para poder actuar sobre ella sin el guante de algodón. La podemos seguir empujando hasta que, más o menos, haya llegado a la mitad de su recorrido o un poco más.

Ahora ya podemos ayudarnos con el pulgar desnudo para deslizar la cartulina ejerciendo algo de presión hacia abajo para que pueda vencer la fuerza que ejercen los flejes laterales interiores.

En la parte del final del recorrido tendremos que ejercer algo más de fuerza con el pulgar porque también ejerce más fuerza la unión de los flejes laterales interiores. Además, hay que tener en cuenta esa pestaña de plástico que tiene al final el cartucho, cuya función es la de sujetar las películas pues, la cartulina tiene que salvarla pasando por debajo de ella.

Y llegamos al empujón final. Cuando ya esté en el sitio que le corresponde, hay que ser meticulosos con el tacto para comprobar que en las dos esquinas, es donde tendremos acceso a la cartulina negra y donde podemos comprobar que, realmente, cubre toda la superficie de las películas que debe proteger.

Terminada la operación, nuestro cartucho reciclado activo (si es que es un no parar) ha de quedar tal que así, como se ve en la foto. Y, teóricamente, si quisiéramos, ya podríamos insertarlo en la cámara destino en una habitación con luz porque , si nos damos cuenta, tenemos el cartucho en las mismas condiciones que cuando lo sacamos de su envoltorio original. Pero, si ya estamos metidos en la cueva, insisto. ¿Para qué arriesgarnos?

Ha llegado la hora de explicar el porqué de todo este rollo y de todo este sufrimiento. En un principio, esto de cambiar un cartucho empezado en una cámara a otra cámara, vino por la necesidad de probar las cámaras Polaroid que iba comprando en Wallapop. Hasta ahí ningún problema. Me metí en una habitación oscura y cambié, sin más, el cartucho de una cámara a otra. Pero, cuando cerré la tapa de la cámara a la que inserté el cartucho, tal como está programada, esta me escupió la primera película como si fuera la cartulina negra de un cartucho nuevo. Cuéntale tú, a la cámara, que no debe hacer eso porque le estamos poniendo unas bragas usadas (sí, bragas, porque son cámaras, si fueran cámaros serían gayumbos, para los susceptibles). Pues bien, cada vez que hiciera esto, una foto a tomar fantas, con sus consiguientes 2,5 euros, que ya no veríamos más (y no era por la habitación a oscuras).

Lo primero que pensé, cuando la cámara me escupió la película superior, fue: «Cagada pastoret». Y se me ocurrió que, ya que estábamos a oscuras «no problemo», vuelvo a meter la película en el cartucho y «alabado sea el Señor». Pero, cuando volviera a cerrar la tapa, tararí que te vi. Mismo problema.

Plan «B». Las películas que me escupen las cámara cuando les inserto un cartucho usado, como estoy en plena oscuridad, las voy poniendo en un cartucho vacío para guardarlas y cuando estuviera lleno se lo endiño a una cámara para seguir usándolo. Muy bien pero, ¿cómo protejo ese cartucho rellenado hasta que lo nececite? Pues, estaba claro. Le vuelvo a meter la cartulina negra opaca que protege de la luz a las películas del cartucho.

Plan «C». Simplifico la operativa y llegamos a donde estamos. Mejor inserto directamente la cartulina negra al cartucho que extraigo de la cámara «A» para que cuando se lo inserte a la cámara «B», me escupa la cartulina negra y deje la primera película preparada para tomar la fotografía.

Llegado a esta conclusión fue cuando salí de la habitación oscura (a los 10 segundos de que la cámara me expulsara la película) y empecé a hacer pruebas con los cartuchos, las fotografías descartadas para usarlas como películas en un cartucho nuevo y con la tarjeta negra del último cartucho que había estrenado y que rescaté de la papelera de mi despacho. ¡Con las que habré tirado a la basura hasta ese momento!

Y entonces fue cuando empecé a hacer la pruebas en mi despacho para determinar lo que necesitaba y cual era la mejor forma de hacerlo. Una vez teniendo claro los pasos a seguir, me entrené en mi despacho hasta que vi que me sería muy fácil hacer lo mismo a oscuras. El secreto era tener todo lo necesario a mano y saber con precisión donde estaba cada una de las cosas que iba a usar.

Preparé la zona de trabajo en la habitación contigua a mi despacho y cerré la persiana y la puerta. Habían dos luces con las que no contaba. La del distribuidor de los componentes de mi equipo de música analógico y la esquina inferior derecha de la persiana. Desconecté mi equipo de música y delante de donde se filtraba la luz exterior por la persiana puse dos placas de fieltro negro que tengo para los fondos de algunas fotografías que hago en casa. Encendí la luz para cerciorarme que todo estaba preparado, toqué cada cosa que iba a usar con los ojos cerrados y volví a apagar la luz.

Me senté en el taburete de tocar la batería (no, no toco la batería pero, me sirve para jugar al ajedrez en la mesita de esa habitación), comencé el procedimiento y… ¡Eureka!

La cámara destino expulsó la cartulina negra y nada más.

Y, seguidamente, disparé las 6 fotos con las que recargué el cartucho reciclado activo (¿cómo lo llamo si no, caray?) para comprobar que todo funcionaba con normalidad, tanto con flash como sin él. Y la prueba fue un rotundo éxito.

Bueno pues, hasta aquí hemos llegado. Ya verán como si practican esto con luz un par de veces, no es tan difícil como parece hacerlo a oscuras. Solo tienen que tener la precaución de tenerlo todo a mano y preparado en el mismo orden que van a hacerlo. Yo soy una persona muy patosa con las manos y lo he hecho a oscuras, así que ustedes no tendrán ninguna dificultad en hacerlo también.

Por cierto. Haciendo esto, se me ocurrió hacer otra prueba con los cartuchos Polaroid 600. La hice y mi conclusión es que Polaroid nos toma por tontos. Pero, esto, si acaso, lo dejo para el próximo artículo. De todos modos soy consciente de que esto solo lo leemos mi amigo Salvador y yo. Pero, ahí queda, también por si acaso. Un saludo y muchas gracias.

Sergi
Author: Sergi

2 thoughts on “Usar un mismo cartucho para 2 o más cámaras Polaroid

  1. Buenas noches.

    He reescrito el artículo para subsanar algunas incorrecciones al haber mejorado la técnica este fin de semana. Ahora si que ya está completo, y no se me ocurre como hacerlo mejor. Un saludo y muchas gracias.

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