Polaroid One600: la última auténtica

Al principio del milenio, con los últimos coletazos y estertores, Polaroid (la auténtica) sacó al mercado la última cámara de fotografía instantánea. La Polaroid One600.

De líneas redondeadas y aspecto sencillo, jamás me planteé tener una. Me parecía que esta modernidad curvada y parca en detalles era fea. Pero, fea fea. Por no hablar de los colores. ¿Dónde estaban esas cámaras negras y sobrias, anguladas y mamotretos que tanto me gustaban?

Pues, adonde iban a estar. En el pasado. Se abría camino y con fuerza la fotografía digital, hasta tal punto que asfixió a la fotografía química y, por extensión, a la fotografía química instantánea. Este último intento de Polaroid de sacar la cabeza fuera del agua no tuvo mayor recorrido que unos poco regalos de comunión y algún incondicional de la marca. Y finalmente, murió.

Yo he tenido muchas cámaras instantáneas Polaroid. Incluso tengo dos de «La nueva» Polaroid, la One step+ y la Now+, de las cuales ya hablaremos otro día. Jamás me había planteado hacerme con la que da título al artículo pero, cuando uno ya lo ha probado todo (ayer mismo recibí y me cargué una Polaroid SX-70 reflex con autoenfoque por sonar haciendo pruebas) y ha determinado que para tirar el dinero con Polaroid, mejor hacerlo con Fuji Instax, no puede evitar volver al redil cuando se le presenta la oportunidad de comprar una Polaroid One600 por 15 euros (con envío 20,40 euros). ¿De verdad que no voy a probar una de estas por no gastarme esos 20 euros? ¡Ni de coña!

Vamos a verla.

Es verdad que, aunque sigue siendo un trasto, resulta bastante más manejable que sus predecesoras. Más ligera y muy fácil de usar.

A mi, particularmente, me gustaría poder colgármela al cuello, como las de antaño, porque no me gusta tener una mano alquilada mientras estoy paseando o caminando por el monte. Pero, no hay opción, salvo que cambies la correa de mano por una más larga que puedas colgar del cuello o del hombro, aun así seguiría estando un tanto incómodo por tener solo un punto asimétrico de sujeción.

Como es marca de la casa, la cámara se plega o se cierra para desconectarla y poder transportarla. En este caso, cerrada es muy cómoda porque no tiene saliente alguno y es fácil de llevar metida en una bandolera pequeña o una riñonera muy grande.

Cuando queremos ponerla en marcha y abrirla, tenemos que pulsar el botón de la parte trasera serigrafiado con las palabras «open/closed». Esto ya nos indica que el mismo botón nos servirá, tanto para abrirla y ponerla en marcha como para cerrarla y apagarla.

Una vez pulsado el botón, se nos abre la cámara y se libera el ocular, emergiendo del cuerpo de la cámara. Ya está. Ya no hay que hacer nada más que mirar por el visor, encuadrar y disparar. Es la sencillez fotográfica más obsoluta.

Por ambos lados, nada encontraremos, son simétricos. Nada que mencionar.

Y por la parte delantera encontraremos sus elementos fotográficos. Los mismos que en las 635 o las 636 pero, esta vez sin la opción del Close up. Más simple no puede ser.

Veámoslos, de todos modos.

Lo único que encontraremos en la parte delantera y un pelín escondido es el botón serigrafiado con la palabra «FILM» que pulsaremos para que se abra el compartimento donde va alojado el cartucho.

Para apagar/cerrar la cámara, volvemos a pulsar, con fuerza, el botón «OPEN/CLOSE» mientras empujamos la parte superior de la cámara hacia abajo. En cuando oigamos un «click», esta, estará cerrada y lista para ser guardada, incluso el ocular.

Como ya he comentado anteriormente, la cámara resulta bastante más ligera y llevadera que las antiguas, e incluso que las nuevas pues, sus formas redondeadas ayudan bastante. También resulta de mucha ayuda que la altura de la cámara ha disminuido mucho. Quizás, esto último, es lo que más se agradece.

Bueno pues, a priori, parece que estaba equivocado con esta cámara. A pesar de ser más simple que el salpicadero de una Seat Panda, su manejabilidad, respecto a las otras, ha resultado muy mejorada. El no tener que pensar en nada más que apuntar y disparar, también es de agradecer. No es que con las otras no fuera igual pero, a mi se me ha hecho más cómodo con esta.

¿Y sus resultados? Pues, como todas las de su familia. No he probado un cartucho completo, como suelo hacer, porque con la primera foto que ha hecho en el interior ya veo que su comportamiento va a ser superior a las Impulse, 635, 636, 670…Hasta puede que mejor que las nuevas (esto aún no lo he probado) pero, admito que no me lo esperaba. ¡Qué equivocado estaba con esta cámara! Ya no me parece tan fea. De hecho me recuerda a… ¿Se acuerdan del Citroen C3 Pluriel? Un saludo y muchas gracias.

Sergi
Author: Sergi

2 thoughts on “Polaroid One600: la última auténtica

  1. Hola:
    Con este artículo se redondea bastante la serie dedicada la las instantáneas de de Polaroid. Y en efecto, el resultado es algo mejor que los de los otros modelos mostrados. No obstante, bastante alejados de cualquier cámara digital actual, salvo por la inmediatez de la foto impresa.
    Quedamos a la espera de ver el comportamiento de las Fuji, que, de ser bueno, justificaría el empleo de ese tipo de cámaras en algunas condiciones.
    Gracias por el trabajo.
    Saludos.

  2. Buenas noches, Salvador.

    Aún me quedan por hacer tres artículos de Polaroid. Dos de ellos podrán hacerse la semana que viene, ya que me llegarán las cámaras compradas para ello. El tercero y último, de momento, no puedo hacerlo porque no tengo la cámara. No es que sea una cámara difícil y cara de encontrar pero, es que es la más fea y mal hecha de toda la historia de Polaroid. Me sabe muy mal gastarme dinero en adquirir esa cámara. Fue la predecesora de la de este artículo, y quizás por eso le cogí manía a esta antes de haberla probado. Se llama Polaroid 600 y es de finales de los 90. Cuando termine con ellas, me pongo con la Fuji. Un saludo y muchas gracias.

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